domingo, 31 de marzo de 2019

La Urbanización Original de Nogales I


Nogales fue creciendo a manera de una cebolla a la que se le fueron agregando capas conforme fuesen las necesidades que le fueron dando forma a la población.

La disposición original de las calles, al estilo estadounidense más moderno de fines del siglo XIX, fue de antes del imperio del automóvil. Las calles de la nueva población fueron distribuidas de la siguiente manera: partiendo de la frontera, y hasta el callejón Ramos, límite Sur del Fundo Legal, era una población que se dividía en 19 cuadras, separadas entre sí por calles anchas, de 60 pies de ancho, y callejones de servicio de 20.

Así, de Este a Oeste estaría la Calle Arizpe (hoy Obregón), separada de la Calle Ingenieros por el callejón Hidalgo, o de Norte a Sur por la Calle Campillo, separada de la Calle Pierson por el callejón Ochoa.

Otro problema de origen de Nogales, es que el terreno es lineal, dictado por el arroyo que atraviesa la población de Sur a

Norte, y no conforme a la moda entonces, que fue rectangular.

Además, conforme lo anuncia el plano adjunto, los cerros se imponen, haciendo imposible la continuación de muchas calles que continuarían hacia el Este

Esto hizo que hacia el Este del arroyo, sobre la calle Elías, fuese construido el centro comercial de la nueva población; mientras que hacia el Oeste, los edificios públicos y de habitación, fueron ubicados alrededor de una pequeña explanada que fue utilizada también para construir, allí, el edificio que le daba razón a la población: la aduana.
Originalmente, ésta fue construida a un lado del ferrocarril, y sólo el crecimiento de la población obligó a que se cambiara de lugar.
Así pasó con la presidencia Municipal original, que fue ubicada en la esquina de Campillo y Pesqueira, en un edificio rentado. 

Sin embargo, después de un incendio que sufrió esa ubicación, se construyó un edificio ex profeso. El 4 de diciembre de 1889 el presidente municipal solicitaba permiso al gobierno del Estado para construir una nueva Casa Municipal. Seis días después se autorizaba la obra, aunque la falta de financiamiento obligó a que no se pudiera construir inmediatamente.

No fue sino hasta marzo de 1896 cuando se inició la construcción allí cerca, en la esquina noroeste de Campillo y Juárez, de un edificio de 100 por 100 pies, que también copiaba en algo el estilo del edificio de la Aduana, situada enfrente. Su inauguración se realizo el 1 de julio de 1897.

Los presos, por otro lado, fueron llevados a otro edificio, ubicado por la Calle Internacional, entonces llamada Camou, entre el callejón Hidalgo y la calle Ingenieros. A este edificio, pocos lo saben, se le describe como "cuadrangular, sus calabozos están construidos de piedra cantera, de bóveda y con puertas de hierro; los muros del corral son de adobe sacados a plano tanto en el interior como en el exterior. Tiene dos piezas limpias y bien ventiladas para los detenidos y una pieza para la alcaidía."

En los demás artículos continuaré con la descripción del Nogales original.

domingo, 24 de marzo de 2019

Nogales en el porfiriato


Podemos dividir el desarrollo de Nogales durante sus primeros años, en distintos períodos. El primero, ocurre durante el porfiriato, el segundo durante la fase maderista de  la revolución y el tercero durante la fase constitucionalista. Después vendrán otros más;  sin embargo, la definición de lo que es Nogales comenzó desde entonces.

El Primero de estos períodos fue de desarrollo sostenido. Los únicos momentos que pudieron incidir sobre este desenvolvimiento, ocurrieron precisamente a finales del siglo XIX.  

En ambos intervino Ignacio Bonillas: en el primero, durante las elecciones municipales de 1897, cuando  debió de  ser nombrado por el Gobernador; y el segundo durante  su presidencia municipal, cuando desalentó a un grupo de exaltados nogalenses, que buscaban involucrar a Nogales en la guerra de Estados Unidos contra España, en Cuba.

Al iniciar la revolución, había en el municipio 4 haciendas: Buenavista, Cíbuta, La Arizona, Santa Bárbara, además de 5 ranchos: Agua Zarca, Destiladera, Promontorio, Viacrucis y Planchas de Plata. Empleaban a unos 100 jornaleros a base de $1.50 diarios. Todos los ranchos y haciendas del municipio eran ganaderos, mientras que la producción agrícola era: Santa Bárbara y Buenavista, regadas por el Santa Cruz, producían principalmente cereales (trigo y maíz) y vegetales, y La Arizona vegetales, pieles curtidas, jabón y fruta enlatada (en 1895: 3,500 latas de duraznos, 1,500 de manzanas y 200 de pera, además de leche condensada enlatada). Al sur, Cíbuta también producía verduras y cereales.

La villa de Nogales, Sonora,  se extendía por aquel entonces desde la frontera hasta la actual Plaza Hidalgo. Tenía al iniciar la revolución 3,856 habitantes, con 24 Km de calles, y 20 de callejones, ninguno de ellos pavimentado. La compañía telefónica tenía unos 40 suscriptores; había dos escuelas primarias con 4 maestros en cada una, a la cual asistían 128 niñas y 112 niños. 

Había 600 residencias de distintos materiales y 20 edificios públicos. Una sucursal del Banco de Sonora y 3 hoteles: El Moderno, el París y el Sonora, el Club Internacional y fábricas de máquinas de coser, de pastas, fósforos, ropa y calzado. Además la American Clothing Store  de Luis Fleischer y dos fábricas de gaseosas.

Por otro lado, la población ganadera del municipio: 9,000 reses, 700 caballos y 300 borregos, no ofrece  una idea verdadera de la explotación ganadera local, ya que la familia de nogalenses, Sandoval, habían inaugurado  el mercado masivo de la agroindustria de exportación, engordando los becerros que iban destinados a California en una gran extensión de terreno suyo, en el Distrito de Altar, inmediato a la frontera, para después exportarlos a ese estado de la unión.

En otras palabras, gran parte de la población urbana nogalense dependía del turismo o de las fábricas existentes, mientras que la mayoría de la población rural lo hacía principalmente de la ganadería.

El mejor censo del Sonora porfirista es el de Ramón Corral, de 1895. Según éste, Nogales tenía entonces siete hombres desempleados para una población económicamente activa masculina de 729; es decir una tasa ínfima de desempleo masculina, que no llega ni al 1%. En otras palabras, empleo había y con condiciones de salario mejores que en otras partes del país:, ya que la primera ley de salario mínimo establecida por la revolución años después dictaría como mínimo a $1.50, que ya entonces regía aquí. Las razones locales del descontento social, eran otras.

-------------

Esta semana recordamos a uno de los GRANDES estadistas de México. Se cumplieron 213 años de su nacimiento. Lo único que se puede agregar es que Benito Juárez estuvo a la altura de las circunstancias del mundo en que le tocó vivir.

domingo, 17 de marzo de 2019

El Ferrocarril de Sonora


El imperio de las diligencias en Sonora no duró mucho. Fue reemplazado por el Ferrocarril  de Sonora, inaugurado en Nogales en 1882, dos años después del establecimiento de la Aduana.

Su construcción empezó en 1880 en Guaymas para ir a Hermosillo y de allí al Paso, Texas. Llegada la vía a Hermosillo, el Ing. Antonio Moreno encontró que si se cambiaba la ruta de Hermosillo al Paso y se construía a Magdalena, para ir de allí al Paso, se hacía mucho más barata la obra.

Y aún después, se cambió ésta nuevamente desde Magdalena, para cruzar  la frontera  por el rancho los Nogales y conectar con el ferrocarril que ya se construía en el Sur de Arizona, el Arizona and New Mexico, y así fue cómo el lugar en donde surgiría esta población entró a la historia. 

Esta ruta se inauguró el 25 de octubre de 1882.  Es decir, dos años después del establecimiento de la aduana federal local, y dos antes de la fundación de Nogales como Municipio; después, los invitados fueron llevados al Hotel Santa  Rita en Calabazas (cerca del campo actual de Golf de Río Rico), a un banquete preparado ex profeso.

Sin embargo, el ferrocarril no alteró inmediatamente las costumbres de los sonorenses. En 1883, primer año completo de su funcionamiento, se importaron 1.4 millones por Guaymas, mientras que Nogales reportó apenas $157 mil. Las razones eran los altos precios hechos por la compañía, que únicamente ofrecía servicio de primera clase de pasajeros (tres cts. por kilómetro); y aunque estaba incluido en el contrato, no había de segunda (2 centavos por kilómetro) ni tercera clase (3 centavos por  kilómetro). Así, un boleto entre Guaymas y Nogales costaba $12.75

En 1883, el tren salía de Guaymas a las 12:45 de la tarde,  y llegaba a Nogales hasta las 3:30 de la madrugada siguiente. En sentido contrario, salía de Nogales a las 9:00 PM, para llegar a Guaymas a las 11:45 de la mañana del día siguiente. La única razón de esta disposición era no hacer perder el tiempo a los pasajeros en Arizona en su trasbordo  con el tren que iba de Tucsón al Paso.

En 1885, el ferrocarril abrió sus oficinas centrales en Nogales inaugurando con ello la tendencia generalizada de instalar en Nogales las oficinas generales de las principales compañías del Estado, a pesar de las peticiones de los guaymenses en el sentido de que no lo hicieran. Así, Nogales empezó a poblarse a expensas de Guaymas, a lo que se unió el hecho de  que los talleres del ferrocarril en el extremo Sur de la línea, se cambiaron de Guaymas a Empalme, poblado que fue construido ex profeso por la compañía, y de Hermosillo.

También en 1885, finalmente las continuas quejas de los sonorenses, llevaron a  la compañía a cambiar sus tarifas y horarios para alentar a los sonorenses a utilizar al tren. De esta manera, de 33,000 pasajeros habidos en 1883, para 1911 se alcanzaron 253,495 mientras que la población sonorense se duplicó, de 108,000 en 1883, a 220,000 en 1910. El ferrocarril había cambiado para siempre a Sonora.

domingo, 10 de marzo de 2019

Las diligencias

Hay muchos malentendidos sobre los viajes de diligencias en Sonora, antes del ferrocarril. Uno de ellos era la  velocidad, ya que la que la que permitían los viajes por los polvorientos caminos de Sonora, era de un máximo de alrededor de 15 Km/h. 

“la diligencia tenía tres asientos, ocupados por nueve pasajeros. Debido a que los ocupantes de los asientos frontal y de en medio quedaban frente a frente, era necesario que estos seis individuos entrelazaran los pies; y como había sólo espacio adentro para diez de los doce pies, cada lado de la diligencia iba adornada con un pie que a veces colgaba cerca de la rueda y a veces trataba vanamente de encontrar apoyo… [mientras que la valija] pesada de correos que aplastaba la parte trasera, nos mantenía a los que íbamos en el asiento delantero constantemente inclinados hacia adelante, quitándonos todo apoyo de nuestras espaldas, haciendo el descanso imposible… la fatiga del viaje ininterrumpido de día y de noche en esa diligencia hacinada, en las posiciones más incómodas, lo que nos empezaba a afectar seriamente a todos los pasajeros, produciendo una condición que se acercaba a la locura… En algunos pasajeros esta manía temporal se desarrollaba a tal grado que por su propia seguridad y la de los demás pasajeros se hacía necesario dejarlos en la estación más cercana, en donde el sueño comúnmente los restauraba, antes de la llegada de la próxima diligencia la siguiente semana… ejemplos han ocurrido que algunos viajeros han brincado de la diligencia en esta condición y caminado hasta morir de sed en el desierto.” 

Para entender mejor la situación entonces, es necesario acudir al manual de reglas de urbanidad de la compañía Wells Fargo, que prohibía consumir alcohol, aunque si se consumía éste, era recomendable compartirlo. 

Además, prohibía fumar puros o pipa, y si se mascaba tabaco, debían de tirarse los escupitajos por la ventana abierta y a favor del viento. Además, había una serie de disposiciones contra roncar en el camino, y hacer uso de las armas, que por otro lado, no estaban prohibidas. El peligro era que se asustaran las bestias de la diligencia. Y para terminar, la recomendación expresa de que los temas de conversación fuesen innocuos, sin manejar temas de indios o de atracos a diligencias. 

Ya mencioné anteriormente, en otro artículo, las rutas de diligencias que había en el Norte de Sonora. Recordemos que Sonora era una entidad prácticamente desprovista de ciudades. Unicamente había las de Álamos, Guaymas y Hermosillo.

En el Sur, había una línea de diligencias, de Álamos a Mazatlán, en tres corridas a la semana, saliendo los días martes, jueves y sábados de Álamos, y pasando por El Fuerte, Sinaloa y Culiacán; otra más de Álamos al puerto de Guaymas; de donde salía por barco, dirigidas hacia afuera de Sonora, ya que no había comunicación terrestre al exterior.


 Había dos rutas internacionales: de Guaymas a la Paz, de la Paz a San Diego, y de allí a San Francisco; la segunda de Guaymas a Centro y Sudamérica, luego al estrecho de Magallanes y en seguida a Europa. 

Había otra, nacional por la costa del Pacífico, de Guaymas-Altata-La Paz-Mazatlán-San Blas y Manzanillo.

domingo, 3 de marzo de 2019

Las líneas de diligencias por la época de la fundación de Nogales.

Ya hemos visto cómo fue que tanto para México como para los Estados Unidos, las  andanzas de los Apaches fueran un vestigio del pasado que debía ser acabado cuando  empezaba la población de Nogales, y  por eso fue que ocurrió la "Guerra Apache".

Sólo quedaba por lograrse la paz que traería el progreso. Los últimos estertores de inestabilidad surgieron de los intentos de un robo bancario, como el ocurrido en Nogales, Arizona (https://goo.gl/FWcZGW), o los asaltos de los Yaquis, como el mencionado del 12 de agosto de 1896 (https://goo.gl/c4wzSx) por seguidores de Teresa Urrea..

Poco antes de su fundación de había varias líneas de diligencias: Antonio Varela tenía una que cubría de Hermosillo a Tucsón, aunque al terminar el año avisaba que la suspendería debido a que el Congreso del Estado no aprobó una ley que le concedía un subsidio. Al hacerlo, inmediatamente surgieron otras líneas: la de José Pierson, que cubría de Magdalena a Tucsón, o de Juan Moreno, quien establecía otra más entre Hermosillo y Magdalena.

Al mismo tiempo fue abierta otra línea más entre Hermosillo y Altar; mientras que el Congreso promulgaba en noviembre de 1879 una Ley de Subvención de diligencias entre Hermosillo y Magdalena. Para 1879, cuatro de cada diez piezas de ropa de algodón usada en Sonora había sido introducida de contrabando al Estado, lo que llevó al gobierno estatal a emitir una ley, ese 1879, que penaba con largas condenas de cárcel para los contrabandistas, y que el gobierno federal estableciera, en 1880, aduanas fronterizas en Quitobaquita, Sásabe, Palominas y Nogales. Ofrecía que en caso que Pierson suspendiese su línea a Tucsón, él la reemplazaría. Es decir, oferta de diligencias había para cubrir el comercio internacional que ya entonces ocurría.

Nogales, Sonora, consistía en una pequeña  aglomeración de casas que se extendía a lo largo de la cañada principal, desde la frontera hasta un poco más hacia el Norte de la entrada de la Vázquez. Nogales, Arizona, por otro lado, era en  donde estaban las mejores casas del poblado, por la calle Crawford, que  había recibido ese nombre en honor de Emmett Crawford, muerto en enero de 1886 en persecución de los apaches cerca de Nácori Chico.

De acuerdo con una crónica periodística estadounidense, en Nogales, Sonora, estaban los mejores restaurantes, como el de Pedro Cazabón, que ofrecía a su numerosa clientela, ostiones que apenas el día anterior habían estado en el mar, mientras que en el lado estadounidense de la frontera, Nogales, Arizona, contaba con los mejores hoteles.

No había nada que le advirtiera al viajero que había cambiado de nacionalidad al recorrer las calles de la villa. La población de Nogales, Sonora, que había alcanzado esa categoría en 1899 debido a lo enorme de su crecimiento, era de unos 2,500 habitantes. Y aunque era una población extremadamente pequeña, era ya, la tercera en tamaño en Sonora, después de Hermosillo y de  Guaymas.

La educación secundaria y preparatoria que nos tocó.

La educación que nos tocó llevar en nuestra infancia y juventud fue muy buena en México, alguien la recordará: los turnos duraban todo el d...