Cuando uno ve los mapas antiguos, planos misionales, de inmediato percibirá que las "carreteras" de entonces eran los cauces de los ríos, a lo largo de los que se encontraban los poblados. Esta distribución geográfica se debe a que la existencia de agua en Sonora en determinado sitio es vital para la subsistencia humana.
En Nogales, lugar que debe su nombre a los árboles de Nogal que crecían en la cañada, este paso natural entre Sonora y Arizona fue reconocido por el gobierno federal mexicano desde el establecimiento de la frontera, en 1855. Inicialmente, las aduanas estaban ubicadas en esta región, la de Sonora en Magdalena, para controlar el contrabando procedente de Arizona, mientras que la estadounidense estuvo localizada en el actual Río Rico para cubrir las regiones del río Santa Cruz, y la del Asunción, a través de Nogales.
Veinticinco años después de la firma del Tratado de la Mesilla, o sea en 1880, para combatir el contrabando que llegaba entonces por Arizona a Sonora, el gobierno federal mexicano estableció las aduanas de Quitovac, Sásabe, Los Nogales y Palominas. Con ello, la aduana de Magdalena fue cambiada a Los Nogales, auxiliada por la gendarmería fiscal, al mando de Emilio Kosterkitsky, cuya base de operaciones se encontraba en Bavispe. La aduana estadounidense, por otro lado, continuó en su ubicación de Río Rico, para cubrir los ríos Asunción, y la ruta que llegaba de San Lázaro, y más hacia el Sur, procedente de los ríos San Miguel y el Sonora.
En Sonora, con la ubicación de la Aduana de Nogales esta situación se alteró con la llegada de gente al lugar, lo que llevó a la inauguración del ferrocarril de Sonora, el 25 de octubre de 1882, y el crecimiento espontáneo de esta población seguido de su fundación legal, dos años después, hecho que culminó con el cambio de la aduana estadounidense a Nogales, Arizona.
Existen crónicas textuales que nos hablan de ello, como la de un explorador de orígen holandés, Herman Ken Tate, quien visitó la recién inaugurada estación ferroviaria en 1883 es decir antes de que fuera fundada la población nogalense. Tate, después de pasar por Tucsón, tomó el ferrocarril en Benson para dirigirse a Sonora, llegando a Nogales a las 9 de la noche del 10 de enero de 1883, y nos dejó una descripción del lugar, que consistía en una colección de carpas, en las que se servía comida a los viajeros que pasaban por el lugar. Asi fue cómo, en los diarios del explorador europeo, recordaba su paso por esta hoy pujante ciudad.
Así que la población de Nogales culminó el proceso de establecimiento de la aduana, seguido por el de la inauguración del Ferrocarril de Sonora.
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